Si tienes un coche, ya sabes que debes tenerlo asegurado con un buen seguro de coche: todo propietario está obligado a contratar y mantener en vigor una póliza que cubra, al menos, la responsabilidad civil del conductor que se derive de los daños, tanto personales como materiales, ocasionados a terceras personas como consecuencia de un hecho de la circulación.

A partir de ahí, hay muchas coberturas adicionales que se pueden contratar en función de tus necesidades y circunstancias (edad, tipo de coche…)

SEGURO A TERCEROS

Cubre los daños que causemos  a otras personas o a sus bienes.

Seguro a terceros:

Incluye la responsabilidad civil obligatoria, la responsabilidad civil complementaria, así como la protección jurídica del automovilista, también suele incluirse la asistencia en viaje.

Seguro a terceros ampliado:

Además de las coberturas del seguro a terceros anterior se pueden añadir las lunas, robo e incendio. Esta modalidad incluye también la cobertura de riesgos extraordinarios de los que se hace cargo el Consorcio de Compensación de Seguros.

Las dos garantías principales son el seguro obligatorio y complementario de responsabilidad civil.

Seguro obligatorio  de responsabilidad civil

Es el seguro que todo vehículo debe tener. Cubre la mayoría de los daños que causemos a terceras personas o a sus bienes, por ejemplo, heridas a un ciclista, abolladuras en el coche del contrario… El importe  de los daños que ocasionemos, difícilmente sobrepasará los actuales límites del seguro obligatorio.

Las coberturas del seguro obligatorio de automóvil se fijan por ley y son válidas para España y todos los países del Convenio Multinacional de Garantía, suscrito por todos los países de la Unión Europea, además de Andorra, Croacia, Islandia, Noruega y Suiza. Esto quiere decir que su seguro le sigue protegiendo si el accidente se produce en uno de esos países. Aunque los límites y exclusiones se regirán por las normas del seguro obligatorio del país en cuestión, salvo que en España sean más altos, en cuyo caso se aplicarán los españoles.

Seguro de responsabilidad civil complementaria

Este seguro es una cobertura adicional no obligatoria, aunque todas las aseguradoras la incluyen ya junto al seguro obligatorio dentro del paquete (“a terceros”).

Esta modalidad está sujeta a lo que se pacte en las condiciones de la póliza y no a un reglamento (como sucede con el seguro obligatorio).

La diferencia con el seguro obligatorio es que cubre los daños que causemos a terceras personas a partir de los límites del seguro obligatorio.

Puede tener exclusiones distintas a las del seguro obligatorio o coberturas adicionales, como los daños causados por hijos menores que conduzcan sin permiso de los padres, remolques, al asegurado como peatón o ciclista, o como conductor o pasajero de otro automóvil, etc.

SEGURO A TODO RIESGO

Si el coche es nuevo, conviene contratar un seguro a todo riesgo o seguro de daños propios. Además de todas las anteriores, esta modalidad corre con los daños ocurridos a nuestro propio vehículo por otras posibles causas, como actos vandálicos, daños causados al vehículo por nosotros mismos o cuando no hay un responsable identificado.

Las compañías suelen ofrecer la posibilidad de contratar esta modalidad con una franquicia, es decir, si se produce un siniestro, el asegurado correría con una parte de los gastos.

Este seguro suele ser válido en los países de la Unión Europea y, además, algunas compañías lo amplían a los países de la carta verde.

Junto a estas coberturas más habituales, se pueden añadir otras como:

  • Vehículo de sustitución. Se ofrece un vehículo si no pudiese usar el suyo por un accidente o una avería. Esta modalidad suele ser cara y tener limitaciones que conviene revisar, pero quizá le interese si no puede prescindir del coche.
  • Gestión de multas. Realizan los trámites para gestionar y recurrir las multas.
  • Seguro de accidentes del conductor o de ocupantes. Indemniza en caso de que los pasajeros o el conductor sufran daños físicos en un accidente.

Aspectos importantes a tener en cuenta en la contratación del seguro de coche

Bonus-malus

La base del sistema  bonus-malus es  premiar a los buenos conductores (los que no dan partes) con descuentos y penalizar a los malos, con incrementos de prima. Cada aseguradora aplica el sistema de una forma y las bonificaciones se alcanzan al permanecer en la compañía un tiempo determinado que depende de cada una.

Una de las grandes ventajas de las bonificaciones es que puedes llevártelas de una compañía a otra. Existe un fichero, el Fichero Histórico del Seguro del Automóvil (SINCO), en el que las aseguradoras comparten las incidencias que han tenido sus clientes, en los que se haya producido un daño a una tercera parte. Gracias a este sistema, los usuarios se pueden cambiar de seguro y la aseguradora receptora del nuevo cliente puede acceder a su historial como asegurado, lo que le permitirá personalizar el precio de acuerdo a su perfil. Esto facilita también llevarse las bonificaciones de una compañía a otra, aunque como no existe un estándar al respecto, es posible que el descuento pueda sufrir modificaciones con el cambio.

Valor de la indemnización en caso de siniestro total

La indemnización en caso de siniestro total (y cobertura de daños propios) puede variar mucho según la compañía y la edad del coche. Normalmente, los dos primeros años se ofrece el valor a nuevo, que es el mejor, ya que es el precio de catálogo actual. Luego el valor de adquisición, después el de reposición, el mejorado… y, por último, el valor venal, que equivale al precio de compra del concesionario.

Franquicia

Se aplica a los seguros a todo riesgo y es una cantidad fija, un porcentaje del siniestro o una combinación de ambas, a partir del cual, en caso de accidente, la compañía se hará cargo del siniestro. Ello reduce sensiblemente el precio del seguro.