Cómo evitar el sobrecalentamiento del motor

Estamos conduciendo tranquilamente y de repente vemos cómo empieza a salir humo blanco del capó. Paramos, lo abrimos y vemos que lo que está echando humo es el motor. Los síntomas son claros y el diagnóstico también: hay un sobrecalentamiento del motor.

Sobrecalentamiento del motor

A pesar de estar en invierno, los motores más viejos pueden sufrir estos problemas, por lo que es importante tomar algunas precauciones para evitar llegar a ese punto y que la junta de culata del motor se vea dañada.

Las causas del sobrecalentamiento del motor son muchas y variadas: conducir durante mucho tiempo bajo el sol con mucho calor parece la más evidente, pero también lo es pasar horas en atascos de tráfico, olvidarse de llenar el depósito del líquido refrigerante hasta el punto de que se vacíe por completo o no detectar una fuga en el sistema de refrigeración.

Síntomas de sobrecalentamiento del motor

Diferentes señales deberían alertarnos y permitirnos, si estamos atentos, evitar el sobrecalentamiento del motor:

  • El indicador de temperatura del motor del cuadro de mandos se enciende y comienza a parpadear o permanece fijo.
  • El indicador de temperatura supera los 90°C y tiende a la zona roja, sin descender.
  • El motor se vuelve ruidoso y pierde potencia.
  • Un olor a “caliente” se extiende en el habitáculo.
  • Sale humo blanco de debajo del capó.

¿Cómo evitar el sobrecalentamiento?

La mejor manera de evitar un problema de sobrecalentamiento es controlar el nivel del refrigerante, que siempre debe oscilar entre niveles mínimos y máximos en el vaso de expansión. Este líquido, que fluye por un circuito cerrado, enfría el motor pero también actúa como anticongelante en invierno, cuando las temperaturas descienden por debajo de 0°C.

Por lo tanto, cuando tengamos un viaje largo de varios cientos de kilómetros o hayamos estado durante varios días seguidos en atascos, lo mejor es verificar el nivel. Lo ideal es, por si acaso, tener un recipiente con líquido refrigerante en el maletero. Esta es una operación que puedes realizar tú mismo, sin necesidad de tener que llevar el coche al taller.

El sobrecalentamiento se puede ver mediante un aumento de la temperatura del motor visible en el indicador del salpicadero. Si supera los 90°C y no baja al cabo de unos minutos, mejor parar y echar un vistazo. Con demasiada frecuencia, cuando nos damos cuenta de que la temperatura indicada es demasiado alta ya es demasiado tarde, por lo que siempre es importante echar un vistazo al indicador cada cierto tiempo.

El indicador de la temperatura del motor está en la zona roja, ¿qué debo hacer?

Si notamos que la temperatura indicada permanece fija muy por encima de los 90°C y no vuelve a bajar, lo mejor, si es posible, es detenerse inmediatamente, apagar el vehículo, abrir el capó para permitir que entre aire más frío y dejar que el motor se enfríe solo. Esto puede tardar hasta una hora.

Si la temperatura está en la zona roja y no podemos parar, hay un truco que puede permitirnos llegar a un taller:

  • Lo primero es apagar el aire acondicionado, ya que requiere energía y supone un esfuerzo añadido al motor que en un momento así, es mejor evitar.
  • Luego, podemos desviar el calor del motor encendiendo la calefacción del habitáculo y abriendo todas las salidas de aire. Esto evacuará el calor del motor al compartimiento de pasajeros. En invierno es ideal, pero en verano también habría que abrir las ventanas.

Empieza a salir humo del capó, ¿que hago ahora?

Si empieza a salir humo por debajo del capó, no hay duda de que el motor esté muy caliente, ya que el humo no es otra cosa que el vapor generado por el líquido refrigerante que ha empezado a hervir. En estos casos no hay que abrir el capó ni manipular el motor con las manos desnudas, mejor usar guantes o un trapo.

Aunque sepamos que el vaso de expansión está vacío, no debemos intentar abrirlo. Estará bajo presión y corremos el riesgo de que el tapón salte por los aires, acompañado por salpicaduras, y nos provoque quemaduras. Es mejor esperar a que el motor se enfríe por completo para llenar el vaso de expansión, que siempre debe abrirse en frío.

Si no hay refrigerante, en caso de emergencia podemos usar agua, es mejor que nada, pero no olvidemos que entonces tendremos que limpiar completamente el circuito de refrigeración y que, además, el agua, en invierno, se congela.

El vaso de expansión se vacía solo

Sin duda, tenemos una fuga en el circuito. Esto último puede deberse a una grieta en el tanque de expansión, una fuga en un accesorio, un agujero en el radiador al nivel del motor o incluso en las mangueras del radiador. A menos que identifiquemos la fuga y podamos sellarla temporalmente, es mejor llamar a una grúa.

El vaso de expansión está lleno pero el motor se sigue sobrecalentando

Si el sistema de enfriamiento no tiene fugas, el problema podría ser un ventilador que funciona mal, una bomba de agua defectuosa o un termostato atascado. También es posible que se forme un tapón por polvo en el circuito de refrigeración, que impida que la bomba distribuya el líquido de forma óptima. En este caso, es mejor llamar a un taller que arriesgarse a volver a la carretera. Conducir con un motor sobrecalentado puede provocar la rotura de la junta de la culata, la deformación de la culata o incluso el apriete total del motor.

Si hemos tenido un problema de sobrecalentamiento del motor, aunque sea menor, lo mejor es que un profesional revise todo el sistema, para poder determinar los motivos de la incidencia, lo que sin duda nos salvará de una avería más grave.