Combustibles sintéticos: Europa les da una oportunidad y Porsche confía

Los combustibles sintéticos se han integrado por fin en las últimas decisiones de la Unión Europea como posible parte de la solución para la movilidad con cero emisiones a partir de 2035. La energía eléctrica, que iba camino de convertirse en la única respuesta técnica autorizada para los coches de cara el futuro, compartirá sitio con combustibles sintéticos, dejando, por lo tanto, la puerta entreabierta al motor de combustión.

Los combustibles sintéticos no son nada nuevo. Uno de los métodos para obtener combustible, llamado Fischer-Tropsch por sus inventores alemanes, nació hace casi un siglo durante la Segunda Guerra Mundial. La idea es recomponer carburante líquido a partir de CO o CO2 e hidrógeno mediante una serie de procedimientos químicos o bioquímicos, eso sí, su producción debe de hacerse de manera ecológica, pues en caso contrario esto tampoco sirve a la Unión Europea.

Los alemanes son pioneros en esta idea y Alemania es el país que más ha invertido en ella en los últimos años, por lo que no es sorprendente ver marcas alemanas interesarse por estos combustibles que son, a efectos prácticos, la única manera de mantener los motores a combustión de cara al futuro.

En una entrevista reciente concedida al periódico alemán Bild am Sonntag, el CEO de Porsche, Oliver Blume, pudo dar su visión del futuro de los motores de combustión, en particular a través del desarrollo de e-fuel como parte de la respuesta al desafío climático.

El consejero delegado de Porsche ha declarado así que la movilidad eléctrica es una máxima prioridad para el fabricante, pero que, al mismo tiempo, sigue construyendo motores de combustión modernos. Probablemente respaldado por la posible parada de producción de motores de combustión, el 911 es más popular que nunca entre los clientes actuales. El CEO también anuncia que en los próximos años se introducirá una configuración híbrida muy deportiva del 911, lo que establecerá un vínculo más estrecho con los últimos desarrollos en el automovilismo.

La combinación de varias medidas de protección climática es, según él, la mejor solución, porque las prohibiciones tecnológicas actúan como un freno a la innovación. Como resultado, Porsche se embarca en un camino dual: movilidad eléctrica y combustibles sintéticos eco-friendly.

La ambición de Porsche es que más del 80 % de los vehículos entregados a los clientes en 2030 sean 100 % eléctricos. El sedán Taycan, que vendió más de 41.000 ejemplares el año pasado, tanto como el 911, allanó este camino en Stuttgart.

Pero, para Oliver Blume, la protección del clima debe verse de manera holística y es por eso que, al mismo tiempo, Porsche está convencida de que, de los mil millones de vehículos existentes en el mundo, muchos seguirán circulando en las próximas décadas. En lugar de reemplazarlos con modelos eléctricos, los combustibles sintéticos son, por lo tanto, una solución efectiva y complementaria que puede permitir que todos los vehículos desempeñen un papel en la reducción de las emisiones de CO₂, independientemente del tipo de propulsión.

De hecho, los motores de combustión pueden alimentarse con combustibles sintéticos de forma prácticamente neutra en carbono, como dice Blume: “No es necesario convertirlos o adaptarlos para esto. Estos nuevos combustibles se pueden ofrecer en mezcla o solos en todas las gasolineras. También debemos proporcionar una opción para los propietarios de vehículos existentes”.

Como el precio de los combustibles derivados del petróleo se ha disparado, obviamente surge la pregunta de cuánto costará un litro de combustible sintético. En este punto, Porsche quiere ser más bien tranquilizador, y confirma el objetivo de un precio por debajo de los 2 dólares por litro si el volumen producido llega a ser lo suficientemente grande.

Más allá del precio por litro, quizás menos importante para un cliente de Porsche que para un cliente de un utilitario convencional, el punto clave es que los combustibles sintéticos se producen de forma sostenible para obtener la aprobación política. Al explotar las energías renovables donde abundan, estos nuevos combustibles producidos a partir del agua y del dióxido de carbono extraído del aire será un carburante más fácilmente transportable y tan ecológico como el hidrógeno para impulsar automóviles, pero también aviones y barcos.