Crisis, inflación, pérdida de poder adquisitivo… son muchas las personas que se encuentran en una situación difícil ante el actual panorama económico y tienen que hacer cuentas para llegar a fin de mes. Ahorrar dinero con el coche se convierte en estos casos en una urgencia.
Mantener un automóvil supone un gasto importante. ¿Es posible realizar algunas operaciones de mantenimiento nosotros mismos, sin correr el riesgo de estropear algo? Por supuesto que sí: hay una serie de operaciones que podemos realizar nosotros mismos y que nos permitirán ahorrar dinero con el coche. Atentos a las propuestas que vamos a ver.
Qué es mejor no tocar en un coche
La mecánica de un coche es como la fontanería o la electricidad, nos puede parecer muy complicado (y lo es para algunas cosas, obviamente), pero en realidad es bastante sencillo en las operaciones más básicas. Por supuesto, no hablamos de tratar de reemplazar el sistema de distribución o el mecanismo del embrague por nuestra cuenta. Las complicaciones se las dejamos a los profesionales.
No aconsejamos realizar determinadas acciones si el coche está aún en garantía, o si es un modelo reciente, ya que es demasiado arriesgado hacerse cargo de defectos e imperfectos ocultos por parte del fabricante. No obstante, para un coche de más de 7 u 8 años no hay mayor riesgo, porque en cualquier caso, el fabricante no nos va a proporcionar apoyo.
Tampoco pueden ser self made las operaciones relacionadas con el sistema de frenado. Algunas, como la sustitución de pastillas o discos, la sustitución de cables de freno de mano, no presentan un alto nivel de tecnicidad, pero en caso de mala ejecución pueden resultar muy arriesgadas.
Qué podemos hacer nosotros mismos para ahorrar dinero con el coche
Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros mismos, sin ningún problema para nuestra seguridad o la del coche? Vamos a ver cuatro operaciones muy sencillas, que muchos conductores ya realizan ellos mismos habitualmente para ahorrar dinero con el coche.
1. Las bombillas de los faros
Esta es una de las operaciones más básicas, salvo en los modelos equipados con luces de xenón o LED, o aquellos en los que los fabricantes han juntado el parachoques con los faros. En otros modelos, es complicado pero no inviable: el Peugeot 308 de primera generación, el Mercedes Clase A de segunda generación, el Hyundai I20/i30, el Toyota Prius 2, etc. En la mayoría de los coches resulta bastante fácil.
En la parte delantera hay que quitar una tapa impermeable en la parte trasera de la óptica, que da acceso a las bombillas. A continuación se deben desconectar los cables de alimentación y, en la mayoría de los casos, quitar la bombilla inclinando una pieza de metal, pellizcándola para liberarla de los ganchos en los que está sujeta. Anotamos el modelo de la bombilla (H1, H4, H7…) y su potencia, compramos un modelo equivalente y repetimos el procedimiento a la inversa. Normalmente, la base de las bombillas está equipada con una protección contra errores, por lo que no podremos equivocarnos al colocarlas.
Para las bombillas de las luces traseras, el principio es soltar la parte trasera de la luz, en el maletero. Puede haber una escotilla, una tapa que desenroscar y soltar o una alfombra que quitar. Accederemos entonces a la placa de bombillas. Para soltar la bombilla, la mayoría de las veces es cuestión de girarla mientras se presiona. En algunos modelos, se quita un portalámparas. Como con las luces delanteras, hay que identificar el tipo de bombilla, comprar la equivalente y repetir en sentido contrario.
La mayoría de los manuales de servicio explican el procedimiento a seguir. Podemos consultarlo o hacer una búsqueda en internet para encontrar tutoriales del modelo de nuestro vehículo.
Dependiendo de la marca y el modelo de coche, cambiar self made las luces nos puede ahorrar entre 20 y 60 € en costes de instalación por una bombilla delantera y algo menos por una trasera.
2. Las escobillas del limpiaparabrisas
Cambiar las escobillas es también una operación muy sencilla de realizar. Podemos comprar cepillos adecuados, a menudo a un precio más bajo del que el que nos cobrarían en el taller. La mayoría de los puntos de venta tienen tablas que muestran qué modelos de escobillas de goma son adecuados para cada vehículo. En el peor de los casos, debemos medir el tamaño de los que tenemos en nuestro coche y comprar unos de tamaño equivalente.
Las instrucciones de montaje estarán siempre en la caja de los cepillos que hemos comprado. Algunas escobas tienen soportes giratorios (a veces se puede elegir entre dos, dependiendo del modelo) y otras se sujetan al brazo. Con un poco de práctica, lograremos reemplazar los dos cepillos en pocos minutos y nos habremos ahorrado 10 € por cepillo.
3. El filtro de aire
Otra operación que está al alcance del común de los mortales y sin ningún riesgo es cambiar el filtro de aire. En la mayoría de los casos, es accesible debajo del capó. Una vez identificada su ubicación, consultando el manual de mantenimiento, buscando la información en internet o simplemente con una inspección visual (es una caja grande junto a la toma de aire), podremos abrir la carcasa (sujetada por clips, tornillos o tuercas), retirar el filtro viejo y colocar el nuevo en su lugar. La mayoría de las veces, esto nos lleva menos de 10 minutos.
Podemos encontrar el modelo de filtro adaptado a nuestro coche introduciendo el registro en las webs de venta de piezas. Sin embargo, hay que tener cuidado, puede haber varios modelos según la versión de nuestro vehículo. Es importante anotar la referencia y realizar la comprobación antes de comprar el nuevo.
Este proceso nos supondrá un ahorro de al menos otros 30 € -y mucho más en un modelo premium-, entre el precio del filtro y la mano de obra.
4. El filtro de polen
Todos los coches están equipados con un filtro de polen, que hay que cambiar periódicamente, como el filtro de aire, porque está cargado de partículas de contaminación que podrían entrar en el habitáculo si se acumulan. Como para el filtro de aire, la sustitución es bastante sencilla si tenemos paciencia. De hecho, una vez que se identifica su ubicación, utilizando el manual del usuario o la información recopilada de internet, la parte más difícil está hecha, o casi.
La mayoría de las veces el filtro de polen se encuentra en el compartimiento del parabrisas, o debajo del tablero, o incluso detrás de la guantera, en un lugar dedicado que funciona a modo de cajón deslizante. Su reemplazo suele ser fácil, aunque puede que tengamos que desmontar alguna de las cubiertas de plástico del tablero o la propia guantera.
Una vez más, para los modelos más habituales, encontraremos en internet tutoriales que nos pueden ayudar. Y naturalmente las páginas web nos ayudarán a encontrar el modelo adecuado para nuestro coche (forma, grosor, carbón activado o no, etc.).
Estas cuatro operaciones son accesibles para todo el mundo, basta con tener paciencia e ir con cuidado. Cambiar estas piezas nosotros mismos nos permite ahorrar dinero con el coche, sin ningún riesgo para nuestra seguridad o la del vehículo. Si eres manitas y te atreves con algo más, en el artículo Ahorrar dinero con el coche (2): reemplazar las bujías y el silenciador te damos algunas ideas interesantes.